AMISTADES OTOÑALES (Narrativa)

Monday, July 09, 2007

AY LUDOVIC, LUDOVIC, “EL MUNDO ES UNA MIERDA”, Y EL MENOS MALO ERES TU.


Tenerte no me ha costado mucho, quizás el llegar hasta este lado de la ciudad fue lo mas complicado. Estacione mi auto en el Peruano Norteamericano, y luego en taxi hasta aquí, tu departamento; una habitación en una casa antigua de Miraflores. Saliste a recibirme algo fría, y supuse entonces que no eras tu, me dijiste que pasara, que dentro de unos minutos bajarías, que me pusiera cómodo. Cuando llegaste estabas con otra como tu a lado, me preguntaste si me gustabas tu, o si me gustabas mas como la otra, y atine a decirles a las dos, que me quedaría, con la que hubiera hablado por teléfono conmigo para hacer esta cita. Sonriente y vivaz dijiste “Fui yo”, entonces reconocí tu voz, y dejaste de ser cualquiera otra.

Para cuando me viste completo, aumentaste la tarifa, lo cual no me molesto. Te veías bien, metro setenta perfecto, de cabello negro enrulado, de esos hombros pequeños que me destruyen, cuello de parque de diversiones, eras delgada y llena de curvas. Los valías, y por eso, como oí que decía la costumbre, te pague un poco mas.

La protección justa y necesaria, y tu trabajo comenzaba según el reloj de la pared, a las 3 de la tarde con cuarenta, sobre una cama amplia de sabanas recién cambiadas, con almohadones varios sobre la cabecera, también con fundas nuevas y oliendo a limpio. Estábamos rodeados de mesas de noche con lamparas de colores, un espejo al frente y pegado a la pared para nada grosero. Ventanales con persianas disfrazadas con cortinas de colores tibios, que dejaban entrar la brisa limeña de otoño, sin necesidad de dejar pasar el gris tenue de un cielo, que para nada, opacaba lo laborioso de tu desempeño. La música la pusiste tu, pero todo no tenía porque quedar tan bien.

Muy sonriente me hiciste saber que te hacia cosquillas, y que por favor deslizara un tanto mas profundo mis dedos dentro tuyo, y que urge sin problemas, que yo mismo me daría cuenta que tanto te iría gustando, y laboriosa volteabas y seguías hundiendo tu cara suavemente incrustada en mi, revoloteandome con las manos y sosteniendome firme con tu boca, que ya tibia había provocado en mi, ese cargo “extra” que en un principio habías muy bien prevenido y predispuesto. “Me gusta cuando chicos lindos me vienen a ver, hacen mi trabajo tan agradable”.

Tu vientre descansaba sobre uno de los almohadones, y tus brazos extendidos y de espaladas hacían verte, como si cayeras sin control sobre la cama, pero no, detrás estaba yo, sujetandote con el instinto de un asesino, decidido, irrespetuoso y dominante; sumergiendo, emergiendo dentro y en dos segundos, agitando tu respirar; lo único que pedí que hagas, “No me grites ni me gimas, solo respira”. Y ya esto dejo de ser monólogo, me golpeas, te golpeo, y batiendo record. De nuestra piel han brotado tonos rojos, te tuve que tomar de los hombros, poner los pies sobre la cama, elevar un poco tu cuerpo que ya erecto solo sabia de batirse contra mi vientre, y sobre tu espalda que ardía; mis labios. Y cuando por tu garganta descendió un excitante y divertido espasmo, y cuando tus ojos vivaces de hicieron mas negros y mas vivaces, te di vuelta y por fin me decidí a besarte, y tu boca ya no estaba tibia como al comienzo, ya caliente solo atinó a decirme “Dejame lo que habíamos quedado por teléfono nomas, no me dejes propina ni nada, ¿Quedate no?, quedate una hora mas”.

Y hablaste de sueños tuyos, de tu vida, de como tan de niña te volviste grande, lo que dejaste en tu Trujillo natal, lo que perdiste. Reíste amargamente conmigo, y de tanto preguntarte tan insolente lloraste apenada por unos minutos, pero maestra ya de tu exterior te controlaste, para abrazarme suavemente. Mas suave que tus besos fueron tus brazos delgados y firmes, y tus piernas se juntaron a mi piernas y tu cuerpo se colocó sobre mi y solo atine también, a tratar de hacerlo con cariño, volvimos a sudar, volvimos a agitarnos, y nos hablamos constantemente dirigiendonos con ganas.

Nos despertó tu amiga, te despertó a ti; que alguien venia por ella y quería dejarte hacer saber. Respondiste con la mirada, y ya solos otra vez, me acariciaste, me besaste y me dijiste que ya no podrías atenderme mas, que no sabias “¿Que hacías visitando chicas como yo?”, y que ya habías notado que con una puta esta, había sido la primera vez. “Aunque no Ludovic, no me quiero sentir puta, ven, ven que nos vamos a despedir, como si hubiéramos sido algo”.

Y Claudia tu amiga, se tuvo que llevar a su “Cita” a un hotel, tu y yo nos despedimos una y otra vez y prometiendo que ya no nos veríamos mas, la habitación tenue brillo un tanto con la luz de los faroles republicanos que por mas de 60 años aún alumbraban la calle, y el camino a la puerta fue entre muchas sonrisas, muchos abrazos, caricias, besos, y regresos a la cama.

- Regresa con tu novia Ludo, y cuidate, cuidate, cuidate mucho, el mundo es una mierda, y tu todavía eres bueno.

Y me dijo finalmente adiós, a las 10 y cuarenta de la noche. A mi casa llegue en otro taxi, el Peruano Norteamericano de Miraflores cerró a las once de la noche y mi auto se quedó en el estacionamiento, y por mas que mostré al guardián el carnet del local de San Miguel, el muy impertinente, y la verdad responsable, no me quiso abrir. A Papá le conté que estudiando se me fue la hora, y el carro se quedo allí, “Si no pierdes la cabeza, es porque la tienes pegada al cuerpo, bueno, ¿Estabas estudiando?, esta bien hijo, ya mañana entonces, ahí no le pasa nada” me dijo tan bueno y bigotón Papá. A mi diario le separe unas cuantas paginas en blanco, a mi billetera le regrese todo el dinero que ella me devolvió completo, y a ti, a ti te llame para disculparme y decirte; que soy un tonto, que te quiero, te quiero mucho, y que en este mundo, donde la gente y en especial los hombres son una mierda, yo soy; el menos malo .



MusicPlaylist
Music Playlist at MixPod.com