AMISTADES OTOÑALES (Narrativa)

Friday, September 25, 2009

EL SOL DEL NORTE




Como calienta el sol del norte, calienta sin resentimiento, oscureciendo parejo el cuerpo, y dejando el cabello con un brillo inusual. Lo recuerda todo, sucedió en un día desnudo y brillante, un todo celeste suspendido allá arriba, y luego vino aquel golpe; el griterío, la confusión, la lluvia de piedras, el polvo que los envolvía, mas gritos, mas angustia, los segundos, y sus rostros se sumergieron tratando inútilmente de no dar la cara.

- ¡Puta Madre! ¡Estamos cagados!- Sus ojos no voltearon, y su mirada solo mostró una parte de su cara, la que ya había perdido la calma - ¡Conche su madre no lo ví!
- ¡Huevón!, ¡Huevón! ¡Que mierda has hecho Loco!, ¡Maneja rápido! - Aún sólo de copiloto, se sentía tan culpable con el Loco, sus manos trataban de sostener su cabeza, trataban de no perderla- ¡Pisa a fondo huevón!

Ahora ya puede imaginarse todo; están escurriéndose a velocidad entre calles estrechas, reflejándose sobre ventanales cubiertos de cortinas percudidas; entre casas-habitación derruidas. Aún con los gritos de la gente colgando del tubo de escape, con el golpe que seguía constante; un rebotar, sobre una lámina de acero al viento, el auto avanzó como acorazado sobre la pista asentada de aquella barriada, levantando olas de polvo surcando aquel camino rodeado de casas de adobe, y techos de eternit ¿Llegarían alguna parte?. El golpe no medía mucho y sus ojos de miedo llevaban mas sorpresa que dolor mientras caía envuelto entre olas de polvo, que reventaban con los gritos de angustia de su madre.

- ¡Loco huevón! ¡Fíjate por donde manejas! ¡Te vas a llevar a otro más!
- ¡No lo vi huevón! ¡No lo vi! - Se repetía el Loco apenas mirando la carretera - ¿Alguien vió si lo dejamos mal?
- ¡No sé huevón! Yo creo que solo fue un golpe, tampoco lo ví carajo - Responden desde los asientos de atrás del auto.
- ¡Puta no sé huevón, no sé! - Y escondido alla atrás, responde otro, refugiándose en las palmas de sus manos.
-¡Que no saben cojudos!, "Fue un golpe nomás" - Sentencia el copiloto - Yo ví que caía a un lado del camino y estaba entero, ¡A la mierda con eso!, ¡Y ya dejen de jalar carajo! ¡Y fijense si nos siguen!.

El sol se ha vuelto infernal, se ha colado en el peor de los sueños, es una pesadilla intensa que se refleja, sus rayos; perfectos cuchillos afilados, se van marcando con ira, esperando pacientes para hundirse luego sin clemencia y mas brillantes, en aquellos cuerpos que despertarán de este mal sueño con un brillo clavado en la frente.

- Ya estamos lejos, tranquilos muchachos - Y baja un tanto la velocidad del vehiculo - ¡Que tal susto carajo! - El Loco parecía mas tranquilo, su semblante era la del mismo demente de siempre - Como me lleve de encuentro a ese angelito carajo, era un bebe. Larguémonos a Mancora, guardemos el auto y nos quedamos unos días allí, ¡Tranquilos nomás! - Y una sonrisa nerviosa aflora - Ya paso, ¡Nunca mas vuelo al norte carajo!

Al sol del norte por la tarde se le puede ver cortando en dos al mar, formando una escalera ardiente sobre el océano pacífico, el sol del norte no es espantoso pero te acompaña y no te deja; es constante como la piel que te deja oscura, como la casa en una habitación derruida, como los sueños y sus pesadillas, como el polvo y la arena que se abre por el camino árido y rocoso, el que a veces es tan verde, tan imponente, con sus precipicios y su fondo; el mar, con sus pueblos destartalados y sus haciendas que alguna vez se llenaron de esplendor.

- ¡Que nochecita!
- ¡Sí, que bravo man!
- ¿Y ustedes?, demoraron en llegar muchachos
¡Puta esas caras! ¿Qué les paso?
- No preguntes compadre, no preguntes.

Thursday, September 03, 2009

OH FUROR! EL ALBA SE DESPRENDE DE TUS LABIOS




-¡Que esperas! ¡¿Qué?! - Por un momento el temor la confunde, la hace valiente- ¡Te odio mierda! - Y le apunta con sus ojos llenos de ira -¡Te odio!, - pero el temor, vuelve de inmediato apoderarse de ella - ¡Deja de mirarme!, ¡Por favor, deja de mirarme! - Y suplica temiéndose perdida.

Sus labios apenas pueden moverse, y la saliva que tenuemente baja por su garganta es lo único que la hace sentir que aun tiene boca. Su rostro tiembla; de cólera, de miedo, de angustia, siente que sus parpados le explotan, sus ojos arden como antorchas, ya no es dolor lo que siente, "¡Oh Dios! haz que no sienta nada". Su cabello extenso se enreda con sus pestañas, trata de sacudirse, pero se siente apretada, ya su cuerpo es un mar de espasmos, de cólera, trata de sacudirse el cabello de la cara, se despeina empecinada, y allí vuelve él, que la compone con sutileza, pero ella responde nuevamente con cólera; con los ojos rojos y adoloridos hasta las pestañas; que es lo único que ahora la alejan de esas manos, y ese rostro borroso que no deja de mirarla.

-Shhhhh estás atada ¿Recuerdas? – Le habla despacio, y hasta con cierta timidez le roza la piel - Ven, ven tranquila, voy a peinarte ese hermoso cabello negro – Y se sumerge en su cabello formando olas, y ve su resistencia con enferma fascinación.

Dentro de poco se agotará; se agotará de llorar, se agotará de pelear, su espalda terminará apoyada sobre la pared, o quizás de lado sobre el piso, entonces le soltará un poco las manos atadas, solo un poco. Con esta no usará tape para ahogarle las muecas de la cara, con esta no usará cuerda para separar sus extremidades; "Que larga, y delgada eres" su vestido negro le va simple, le llega a las rodillas y ceñido deja ver una cintura rodeada de curvas, así la vio caminando por la calle; muy segura, muy sonriente, un tanto alta, pero le gusto que fuera diestra, le gusto, que tuviera una espalda tímida, y que tuviera un escote en “V” al frente, le gusto pensar en su cuerpo bronceado. Si, ya pronto se agotará, le dejará acomodarla con cierta tranquilidad. Que sabor tan distinto tiene la piel de mujer cuando avanza el miedo; "¿No es curioso acaso sentirse así?". La toma por la nuca con cierta brusquedad, busca sus ojos, ella huye de los suyos, la pone muy cerca, y se activa al sentir su cuerpo delgado; deseaba tanto, volverse "Él".

- Deja de llorar, y cánsate de una vez- Y sus labios se juntancon los de ella, que cubiertos de tape, se siente que tiemblan.

Su corazón trata de huir horrorizado; desesperación, pena, dolor. Todo junto y sin orden llega de momento para ella, ya sus manos no están atadas, ni su boca tiene mordaza, su cabello ya sin vigor, se extiende por el suelo desordenado, y su vestido negro, perfectamente desparramado a lado de una silla, luce como si se hiciera humo. Ahora el ruido tiene olor; al sudor de su cuerpo. Se vuelven abrir sus ojos, de nuevo esa sensación que la atropella, y una voz, que llega a ella como el final de un eco lejano…

- ¡Oh furor! El alba se desprende de tus labios - Deja de mirarla por fin, y arrebatado se aferra a un cuerpo apenas tibio.



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