EL DESAYUNO ADEMAS LA SANDRA DE RODILLAS

Hacer el amor contigo, es como llenarme los labios, de esa mermelada sabor durazno, que ahora vistes sobre tu cara; melosa viscosidad de estructura semi consistente, que va deshaciendo su forma, al calor de mis dientes. Una agridulce sensación se va formando en mi cerebro vía paladar, unas ganas incontenibles de hacer tu rostro parte de mi cuerpo, hundiendote entre mis piernas, atravesando tu nuca, clavando tu cuello contra el suelo. Es un puente de semen que cuelga ahora de tu lengua, hasta la cabeza de mi miembro, una hamaca de vida que transporta ganas, que llega a tu garganta con un sabor excedido de sal.

Y regresas por mas, dejandome ver como se desliza por tus dedos, como vas engullendo sin dejar de poner tus ojos en los míos, estrangulando, arrancando, y doblando, buscando que repetidas veces balbucee gemidos, murmure quejas, que respire de oído. Lengua en alto encías firmes, labios sedientos boca abierta, y parte de mi, dentro de ti, extinguiendo tu hambre que ocasiona sed de sexo. Sin rastro, sin siquiera huella alguna gota a gota, como si de exprimir se tratara nuestro cariño, te lanzas sobre mi buscando ahora lo que llevo dentro en mi corazón de menta.