LUDOVIC DEJO EL MENSAJE, ADEMAS “LA SANDRA YA NO ESTA”

Se escucha como un Marte-Tierra-Marte, lejano, un sonido solitario en un espacio interminable; de color azul y de puntos luminosos que juraría, existen únicamente para rodearte. Se siente temprano aquel minuto de mensaje, un conjunto de palabras que subliminalmente terminan sonando a un telepático; ”Llámame de vuelta, please”.

Creo que necesito mas vitalidad en mi habitación, quizás algo en las paredes, algo sobre el piso, en el ambiente, ¿Las espantara el cubrecama?, ¿Debería mover la cama cerca a la ventana?, por ahí comprarme lámparas mas larga. Que diferente se ve todo sin ti, y es que tiene que ser así. Debo dejar de pensar obstinadamente en tu risa explosiva ¡El teléfono!, bueno, cambiarlo “Todo” es solo un deseo, aunque no, también debo cambiarlo, (Si esperaban leer un; “Porque al sonar pienso, siempre pienso, que eres tu” , si esperaban eso, pues esperaban bien, pero el propósito es olvidar así que sorry).

Entre tanto e-mail solo el tuyo me importa, es el único que no leo, el que no respondo, leerlo me trasportara a tu cintura, a tus muslos, a tu espalda, a tus nalgas, a tus labios, a tu buen humor, a tu bella y sabia paciencia, a tu temprana claridad, a tu astucia, (Si, si ya venia lo de a tu Sonrisa), a tu amistad; ese cariñito que por bondadosa también me entregabas. No respondo, no leo, debe ser los amical del ”Subject”, que se me hace responderte.

Aspiro y expiro algo de este aire nuestro, tratando de recuperar detalles, queriendo revivir un segundo con apariencia a ciencia cierta. En este, tu espacio, ya se dejaran de ver esos puntos que te iluminaban, los que me procuran este recordar espantoso y tan necesario, en reemplazo vendrá la claridad, que me acercara a las nubes, esas repletas de agua, me acercaran a la velocidad gentil de una brisa que no raspa, sino acaricia, algo tibia, sin mucho fresco; “Olvido”. Sin estrellas en esta mi noche sin ti, ¡Y que noche!, sin luz detrás de las persianas, sin ruido de vez en cuando en la cama, sin masajes, sin hierba, de noche y encima sin estrellas.

¡Por favor Dios un lapicero!, con tinta suficiente para escribir las razones, los motivos, para no dejar esos minutos de inspiración huérfanos, sí, un lapicero con suficiente tinta para terminar escribiendo tu nombre tal vez mil, diez mil, o quien sabe cuantas veces, las que sean, para liberarme de ti.






"Me cuesta tanto olvidarte"
Mecano