LUDOVIC AL RITMO DEL DIAZEPUNK ADEMAS "WRONG NUMBER"

¿Que haces, cuando no sabes a quien marcar?, ves dentro de ti, preocupado de no tener tantos amigos. Miras hacia el teléfono y dices; Por favor, ¡Alguien!. Sí, no importa que llame Jesse para decir que no habrá hierba esta semana, o un tele marketing (Al menos pelearemos) no importa, solo miras y dices; ¡Suena!, ¡Suena mierda!, quien sea, pero suena, que llame alguien sin importa que me conozca, y si Dios quiere, que seas tu.

Ya ni siquiera das esas vueltas en la cama, simulando el descanso marino de un pescado en sartén, ahora, solo te quedas mirando el techo. ¿Un Diazepan más?, creo que mejor no, un par te deja suave; Los pones debajo de tu lengua esperando que se derrumbe la pepa, desprendiendo un sabor agridulce (Ya te metiste tantos que ahora hasta dulce lo encuentras) formando un bolo, que de alimenticio no tiene nada. Si, Dos pastillas están bien, pero 4 o 5 ¡In the same fucking time! te ahueva harto, y en cámara lenta no me gusta estar.

Lima, Lima, deje a todos mi amigos, (Y luego ellos como muchos dejaron Lima), los que conozco lo suficiente para que no me traten como loco. Si empiezo con mis rollos, ellos saben, también son “Pacientes“. Y aunque tengan la televisión al frente, y les preocupe mas no perder el control remoto de las manos, que el hilo de tu conversación (o estarán como tu, como hace un rato) son amigos al fin y al cabo, un sórdido “De veras” “Eso te hizo” “Que barbaridad” o el limeñisimo “Así” alargando la “i” hasta Marte, se acepta en los niveles sociales de hipocresía.

¡Ah!, las 3 de la tarde, cuando andas ocioso y en drogas que hora mas jodida, si tus patas trabajan hasta las 6 de la tarde (Y mira 8 horas ya, pero es Lima no saben de "Overtime") recién se les puede llamar como a las nueve. Y tu rollo “Amigo paciente” se aguanta, tu jefe, que tu traje, el vivir con tus padres, la tipa de vestido negro y mirándote, que lo uno lo otro, cuenta nomas, que después te va lo mío; “La tragedia quechua”, porque la griega, se queda corta huevon. Pensando en esa conversación futura me aburrí y previsor, ya no te llamo, y espero que en un momento parecido lo hagas tu.

¡Oh Llamarte!, llamarte, oír como tu voz sube de tono porque soy yo, reír coqueta esperando que en mis palabras te llame bella, o insinúe el recuerdo de aquella noche donde mis brazos se apoderaron de la silueta de tus caderas, lamentablemente uno es testadura mente castigador (Huevon, imbécil, tonto, etc.) y hay que esperar a que llames, ¡Ya me pegaron las pepas!, cuando hables enterate que tanto te quería, y que tanto te quiero aun, y a cinco mil millas de distancia, por lo pronto quien llamo fue el amigo Morfeo, con él, y a rastras, me retiro, un comercial y regreso.