EN QUE PENSABA ESTA VEZ DEE DEE

Acostada, desnuda y mojada, mirabas al techo, que se sostenía sobre cuatro paredes, en una habitación donde acaban de “Hacerte el amor”. Te gustaba llamarlo asi, tal vez para sentirte mejor, pero era, una mezcla de ganas descontroladas, y de besos que funcionaban sin tener que decir mucho. Había pasado algo de tiempo desde la última vez, y ya no estabas segura de que hacías ahí.

Se encontraron a las siete de la noche en la estación del tren, juntos irían al cuarto de un hotel que estaba cerca, se te había convertido en rutina, cada vez que te sentías sola, “¡Por eso estoy aquí!”, te respondes, y resumes que, quien lo llamó, fuiste tú ¿Recuerdas?.

- ¿En que estás pensando Dee Dee?- Te pregunta ansioso, sin dejar de acariciar tu cuerpo.

Pero tú ya estabas lejos, corriendo por tu mente y pensando; “¿Que siento?”. Sus manos trataban de devolverte a la realidad de tu cuerpo a la intemperie, y desnudo sobre la noche, ¿Dónde estás Dee Dee? , pero lo escuchas lejos, y te pierdes descalza entre arboles y pájaros sobre la tierra húmeda, y la noche allí, con su luna inmensa, redonda y blanca, acompañada de estrellas esparcidas como diamantes, en el oscuro cielo negro. Y aun mas lejos escuchabas ¿Dónde estás Dee Dee?.

- Aquí, contigo cariño – Le dices distraída junto a un beso rápido que le roza la nariz.
- Mira como la tengo – acercandose hacia tu cuerpo haciendote volver de ese mundo que estabas creando para ti. Te sentías atrapada y querías irte, sentirte gaviota.

Te empezó a tocar, bordeando con su tacto tus senos, “Que ricas tetas tienes”, y sus dientes se posaban en tus puntas mientras su lengua era un remolino, “Quiero estar dentro tuyo otra vez” mientras te recorría tus muslos impregnados de su sudor, “Mira como la tengo de dura, ven, sientela con tus labios”, tratando de ahogar sus ganas te decía que no lo soltaras, tu respiración se apagaba, pero te quedaste ahí, mientras lo hacías venir dentro de tu boca, lo sentiste explotar dentro tuyo, y no aguantaste las ganas de vomitar que te llevaron sin escalas al baño, donde te limpiaste lo mejor posible.

Una ducha rápida, en un baño poco acogedor, con jabones de barra perfumados, ya en casa tratarías de limpiar un poco más tu alma, que olor tan barato y que seca te dejará la piel pensabas mientras te bañabas.

Lo viste ahí, tirado en la cama, te empezaste a vestir, “Me tengo que ir” le dijiste, y sin darle mayor explicación, le diste un beso, mientras mascullaba un perplejo “Te llamaré”, pero tu sabias que no lo haría.

De medianoche y aun respirando, te decides por caminar a casa. ¿Porqué siempre aferrarse alguien?, ¿Te ayuda tanto el sexo?, una droga que entra inmediatamente al cuerpo, y lo cambia todo, y quisieras morirte con placer, pero eso tambien se acaba, se vuelve fantasma. ¿De que huyes Dee Dee?. Y tu mente rompe su silencio y dice;

Curame corazón, y libra mi mente,
ata mi alma a un hilo, y dejame ir libre sin ser de nadie.
Quiero dormir el sueño ligero,
y despertar, con algo bueno como recuerdo,
quiero dejar este mundo con el alma libre.

Y todo ha terminado, sus caricias, tus besos, el viento, los caminos de cemento, y pronto tu vida un poco mas. Hoy, te amanecerás escribiendo.

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